Encuentro un buen refugio en las palabras
Siento el calor del alma de las cosas.
Me saludan todas las ánimas,
me abrazan las nanas
y los cuentos
escritos con polvo sal y sangre
de todas las viejas culturas
Todo lo contado y lo vivido,
lo callado y lo olvidado.
se duerme en mi regazo
Me mira desde el papel
toda la vida
que ha navegado
por las venas de la tierra
Todas las aguas cruzadas en patera
y los ojos llenos de muerte
me vienen a ver cuando escribo.
Y me estremezco
y lloro
y río.
Porque entiendo la canción
que me quieren cantar las palabras.
Con esa música tan lúgubre
del eco
de mil voces
rugiendo al unísono.