Cuatro tazas de café, ni una más.
Un poema, alguno más.
Tres páginas de un libro que no entendía.
Y siete rayos de sol, como el arcoíris, atravesando la
habitación.
Fue entonces,
Que te vi.
De pie, sereno.
Inquietante y distante ahí parado.
Y juro,
Que me ahogué.
Como se ahogan los peces con el aire,
Y como se ahogan las flores en el mar.
Ni si quiera estabas
Ahí realmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gotas llenas de sentimiento