Vivimos en una eterna incertidumbre, y la única forma de asumir esa incertidumbre es a través del arte.

viernes, 26 de abril de 2013

El tiempo cabe en una lata, una maltrecha.


Quiero volver a correr por la Gran Vía, volver a la costumbre de los Ducados bajo las escaleras del edificio de arte. Quiero volver a asistir a las clases de interpretación de María, también a rendirme al cansancio sobre la cama de Izan después de ensayar los pasos de contemporáneo. Deseo volver a escaparme un martes por la mañana, con mi hermano de piloto en un Audi del 78 camino Barcelona o simplemente cantar al vecino del  quinto en el piso de Paul, con las piernas colgando en el balcón y los letreros fluorescentes del Cine Capitol alumbrando mis pies.

Quiero volver a todas esas pequeñas cosas que componían mi día a día. Ahora, con un Marlboro en la derecha, sin encender, pues me falta voluntad para fumar, y una botella de Jack Daniels en la izquierda pienso en lo que han cambiado las cosas.

Ya no viene Izan a llamarme a las ocho, ni grita por el pasillo de mi casa lo de “¡La danza del maíz de baila mejor por la mañana!”, no se queda conmigo en mis noches de escasez. Su voz se ha apagado y ni las grabaciones en las cintas de video suenan igual que antes. Echo de menos cuando abría las persianas, no sé qué ha sido de él, ni si su vida sigue igual o no, tampoco sé si él también me echa de menos.  

Junto a él añoro la casa de Paul, y el constante parpadeo de las luces del  Cine Capitol reflejado en las ventanas del salón; los miércoles por la tarde, apagados por el rasgar de mis uñas contra el bajo de mi amigo. Al igual que Izan, Paul y su casa sobre el Cine Capitol también se han ido, ahogados todos en una cinta de super 8.

También hace mucho que se acabaron las clases de María, en aquel apagado salón y el sudor en el aire, junto a las pequeñas interpretaciones, típicas de niños pequeños, que le hacíamos al  dueño del bar de abajo.

El único que no ha desaparecido de mi vida es mi hermano, pero si los viajes improvisados a Barcelona, incluso creo que el Audi del 78 lleva tiempo en la chatarrera también.

Algunos días pienso que he sido yo, que los he echado a todos, o que han huido, como huyen los ratones bajo una escoba color cobre.

Y me quiero creer que no, pero, hecho tanto de menos a Izan y a todos los que venían con él, que me duele. ¿Dónde quedó ese “estaré aquí para ti”?  Porque yo sigo esperando a que se haga realidad. 

darkness, krista, autumn, black


Una llamada de teléfono me levanta de la cama y me obliga a descolgar. Al otro lado la voz de una chica, apagada por una dulce vacilación dice, "Te hecho de menos de una manera, total e irrevocable. Hecho de menos que digas que la danza del maiz se baila mejor por las mañanas" Es su voz, y quiero creer que no.

Cuelga antes de que pueda contestar que yo también. 

Después de tanto tiempo, es como si hubiera despertado de un mal sueño. ¿Qué te paso Haylei? ¿Por qué? 
No se nada de ella. De vez en cuando me encuentro con su hermano, que no la menciona mucho, únicamente un par de insultos despectivos hacia ella, lo cual me sorprende por lo bien que se llevaban. Por otra parte se que tampoco va a casa de Paul, pues se por el mismo que prefiere no volver a verla. Y yo, yo inconscientemente, estaba esperando a que me llamara. 

Creo que llamarle solo ha empeorado las cosas. Haylei, eres tonta-me repito.




3 comentarios:

  1. Me encantó!! Muy triste eso sí :S A veces el tiempo hace que las distancias aumenten demasiado por lo cual no somos capaces de recorrerlas.

    Bss

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  2. Hola de nuevo.
    Bueno,llevaba bastante sin pasarme, y la verdad es que me arrepiento, porque cada vez que me paso me llevo una grata sorpresa.
    Cada día eres capaz de inventarte nueva y mejores historias que el anterior, además, parece que disfrutas haciéndolo.
    Esto sin embargo parece basado en un hecho real.
    Las palabras hacen desaparecer el dolor, al menos temporalmente.
    Me ha encantado la historia, pero me has dejado en vilo por su final, que es tan abierto...
    Me encantaría que continuaras la historia.
    Y todos deseamos volver a etapas mejores de nuestras vidas, pero recuerda que para que se forme un arcoiris hace falta un poquito de lluvia.
    Y eso que yo no soy fan de ver la vida llena de arcoiris, porque me parece vivir en una mentira.
    Bueno, no te aburro más, lo dicho.
    Un beso, nos leemos:)

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    Respuestas
    1. Nunca he sido de las que hacian historias largas, o porque se agotaban sus personajes o porque el propio hilo temporal se rompía. Pero, podría hacer un segundo, una continuación.
      Me lo has pedido, y no sé, me apetece complacer a alguien, por lo que, si tranquila que subire dentro de poco el siguiente.

      Nos leemos

      pd: Me paso dia si dia tambien por tu blog, no suelo dejar comentarios porque normalmente estoy demasiado en shock por lo genial que escribes, te lo digo desde aquí, pero dejare algun comentario en otro momento.

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gotas llenas de sentimiento