Nos han trillado los
pulmones.
Ya ni el aire
transpira.
El fusil muy fuerte
en la garganta.
¿Qué nos queda?
En las solapas los
galones.
En la mirada toda su
ira.
El gorrión ya ni
siquiera canta.
Todos están presos.
¿Qué nos queda?
Hay gente que llora en la calle, muertos de hambre de vida.
Hay pólvora que estalla triste y hueca, bajo sus camas.
Y ¿de qué sirve correr?
“Nos han trillado los pulmones.
No podemos respirar”
-Gritan-
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gotas llenas de sentimiento