Click Clack, click clack…
Hacen mis tacones contra el parqué de mi casa. Mi mano firme
agarra el pomo de la puerta y salgo, quiero respirar, así, aire, aunque sea
contaminado, solo eso, aire.
El fuego del mechero enciende mi cigarrillo y con una
sonrisa en la cara aspiro humo y expulso ideas mientras mis tacones siguen
haciendo…
… Click, clack, click, clack…
Ando, calle arriba calle abajo, tiendas, personas, animales,
cosas, lo miro todo y observo poco, quiero quedarme con lo mejor de cada cosa,
acordarme de los pequeños detalles de éste mi día a día. Continúo con mi
expedición en busca de algo que ni yo he pensado. La gente no se para a
mirarme, esta es una ciudad con demasiados problemas existenciales como para
que se fijen en mí. Paso por un parque y hay un chico que sí se ha fijado en
mí. Ahora mis tacones hacen…
….Clock, clack, clock, clack….
Se ha pegado un chicle en mi tacón. Me acerco al banco del
chico que me sigue mirando y me siento. Me quito el zapato y lo observo, el
tacón tiene un chicle amarillo. Alargo mis dedos y lo despego con asco
tirándolo después al suelo con una mueca de repugnancia en mi cara. El chico me
sigue mirando curioso. Me levanto y sigo andando, pero antes de doblar la calle
vuelvo la vista y le miro con una sonrisa en la cara. Después sigo por la
calle, ya tengo algo que recordar, a ese chico que seguramente no volveré a ver
en mi vida. Y mis tacones vuelven a hacer…
…Click, clack, click, clack.
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gotas llenas de sentimiento