Vivimos en una eterna incertidumbre, y la única forma de asumir esa incertidumbre es a través del arte.

sábado, 12 de enero de 2013

Born to die.

 Nacemos para morir. Una y otra vez, nuestra existencia es un círculo vicioso que nunca acaba y que nos renueva cuando llega la hora. Y poco podemos hacer al respecto. Nada cambiará si desafiamos al destino matando nuestras neuronas a porros, nada cambiará si desafiamos a la muerte subidos en una moto en un barranco perdido, nada cambiará si fingimos que no pasa nada y es que, si que pasa. Pero, dime qué hacer, porque yo, sencillamente, no lo sé. Y en nuestro pensamiento de mover la existencia de lugar, nos enamoramos o matamos o nos perdemos por los mundos del poder, y nuestra atención de desvía y ya nada será igual dentro de la monotonía del vivir. Y acabamos nuestra historia con un final, porque todo acaba, y volvemos al problema del principio, de, “¿Qué hacer, para cambiar esta mierda?” Pero morimos, para luego nacer y seguimos sin saber que pasa. Y dime, que hay después de todo esto, que puerta se abre si todas están cerradas. Respóndeme si puedes porque, lo digo enserio, yo no tengo ni idea. 

Cuando lo sepas, llámame. 


Confúndete y en la confusión, ahí, estaré yo. 

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gotas llenas de sentimiento