Llegó la hora.
Llegó la hora de escapar, abrir la puerta y gritar, llegó la
hora de huir, si huir, porque somos gallinas y nos gusta serlo. ¡Pero, qué coño
importa! Aquí no valen las decisiones globales, ni las mundiales, aquí importan
las que haces TÚ, sobre TI. Las cosas van así. Corre, con la mochila a la
espalda. Las botas en los pies y las ganas a flor de piel. Huye, como las
gallinas del carnicero, huye que no importa, ahora solo estás tú. Nacimos para
morir y ese es nuestro destino. Ahora grítame que todo está mal y que soy una
demente sin sentido, intenta echármelo todo en cara que seguiré teniendo la
razón, y lo sabes. Mírame a la cara y dime que no tienes ganas de mandarlo todo
a la mierda, de decir que esta eres tú y
que mejor sola que mal acompañada, dímelo y juro que serás mi ídolo, mis putas
ganas por seguir tú camino. Pero te fallan las fuerzas, te planteas que es lo
mejor y el camino correcto está nublado en ambos sentidos, y tienes miedo, de
la soledad. Pero, no, yo estoy contigo, aquí.
Ahora corres, y me gusta verte desaparecer por la línea de
la nada subida en un autobús que lleva a ninguna parte. Seguiré tus pasos y
allá donde estés sola, yo te acompañaré. Fíjate bien y recuerda mis palabras.
“Somos quienes queremos ser, yo seguiré tus pasos”
Firmado: Esa persona que por mucho que eches de tú vida, se encapricha con entrar.
Que sepas Prin, que amo esta entrada <3
ResponderEliminar