Nadie ha venido a su funeral,
solo estamos ella, el cura y yo. Dejo una rosa sobre el ataúd y pienso en las
palabras perdidas de Lana aquella tarde en su celda. Ahora encierran bajo
tierra al mayor de mis miedos, y la mayor de mis dichas, esto último, un tanto
exagerado. Lamento pensar que su historia quedará perdida, pues su hermano
pierde la cabeza por días según me ha contado un compañero en la sala del
café. Recuerdo una de las frases de Lana
“Era, soy y seré una simple marioneta”
y le doy toda la razón. Nadie la recordará nunca, pues yo acabaré olvidándola
también, nadie se acordará de traerle flores y
finalmente todo lo que ella fue, dejara de serlo en menos tiempo del que
se merece, quedará siendo una marioneta y nadie se acordara de darle las
gracias por nada.
"Adiós Lana"
"Tengo miedo Charlie, tengo miedo a que me mate antes el olvido que la propia muerte."
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gotas llenas de sentimiento