Vivimos en una eterna incertidumbre, y la única forma de asumir esa incertidumbre es a través del arte.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Se siente débil.



Abres el cajón, lo estas buscando, no puede haberse perdido. Como una loca rebuscas por todos los recovecos hasta que una punta afilada te indica que la has encontrado. La sacas, la miras como reluce y la alabas por su belleza cortante. Miras tu cara en el reflejo de su filo, apartas la mirada, no te quieres ver. Una lágrima baña el objeto y la limpias rápido. Sales del baño y entras en tu habitación. En ella te sientas al lado de la pared llena de puñetazos. Te encojes y alargas las mangas de tu camiseta para que recubran también tus manos. Agachas la cabeza y respiras cansada. Miras hacia la ventana. Después te subes la manga de la camiseta y rastreas con la mirada tu muñeca. Marcas de guerra como cuchillos se reflejan en ella. La última todavía está roja y escuece. En la otra mano se encuentra la cuchilla, amenazante y sutil a la vez. La acercas a tu muñeca y cierras los ojos. Aprietas los labios a la vez que el filo contra tu piel. Al principio solo es un simple punto, luego lo estiras haciendo un uno en números romanos sobre tu cuerpo. La sangre poco a poco se desliza marcando su propio recorrido. No quieres gritar, ni llorar. De tus ojos salen lágrimas, de dolor y de rabia. Te muerdes el labio y callas tu alma. Tiras la cuchilla al suelo y la miras con odio. Con la lengua recoges las pequeñas gotas de sangre que caen de tu muñeca. Limpias la herida con papel y dejas que cicatrice poco a poco. Te vuelves a esconder sobre ti misma y te sientes débil. Después te levantas, limpias la cuchilla y la guardas prometiéndote que no lo volverás a hacer, aunque sabes que es mentira. Tragas saliva y sientes el profundo dolor que todavía te produce el corte. Cierras los ojos y tú piensas que caes, y que nadie te va a coger abajo.  Ahora tu cuerpo se esconde de ti y ni tú misma se fiaría de si, te estás haciendo daño.  Con disimulo te apartas del mundo y deseas tan solo un momento, que alguien te eche de menos. 

1 comentario:

  1. Dios... que triste. Me encanta tu forma de escribir es muy buena! aunq la entrada sea un poquito fuerte ^^

    Me encantó, bss

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gotas llenas de sentimiento