Mi corazón está demasiado cansado de bombear sangre. Esta
caja de resonancia ya solo la recorre el oxígeno que no llega y que hace que mi
respiración resulte agotadora. Cada aspiración es un intento fallido de obtener
aire para mis pulmones, mi cabeza se agota poco a poco y pienso en que es
demasiado pronto para que se haya acabado la energía vital de mis venas. Me
sangra la cabeza en una brecha que fue formada al golpearme con tu ventana.
Quiero levantarme, mirarme al espejo y decirme “¿Qué coño me pasa?” pero las
piernas no me responden y ya no hay oxígeno en esta habitación.
Hace un par de horas
vino ella y lo único que dijo fue “está de adolescente total” esas palabras me
dolieron como cuchillos de hielo. He pensado en que lo que me pase sea eso,
pero es tan, tan erróneo que hasta se forma en mi cara un intento fallido de
sonrisa.
Estoy empezando a pensar que hay un agujero que me atraviesa
y hace que todo el aire que entra por mi boca y nariz, salga por el pecho y
no llegue si quiera a los pulmones.
Me levanto a duras penas, y me encuentro con un diáfano
lugar que no alberga duda de que me vaya a ir pronto, pues ya está todo empaquetado
para mi marcha. Mis manos están frías como los muertos, y mi cabeza ardiente
como el peor de los vivos. Si abro los ojos, la escasa luz ya me ciega, si los
cierro la cabeza crea una orquesta y la espesa negrura me recorre por dentro,
por lo que se me hace imposible dormir. Lo mejor de todo, es que en un estado
de inconsciencia, se podría decir que estoy bien.
Esa es la prueba de que amar quema por dentro.
ResponderEliminarEs algo turbia,pero no sé,me gustan las entradas así,un beso:)