Dos pasos, uno más y ya está. Lía contempla la tumba, impasible, sin restos de emoción en su delicada piel de marfíl. Y una cascada de olas caía por su espalda tapando el dibujo de la camiseta, tapando su cuerpo, escondiendo sus sentimientos. Ella no volvería a ese lugar lo tenía claro y estaba decidido. Un último vistazo al nombre de la difunta y media vuelta para marchar.
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gotas llenas de sentimiento